La Plataforma CORAJE Tacna – Ilo, que agrupa a las distintas obras animadas por la Compañía de Jesús en Tacna y Moquegua, desea dirigirse a la ciudadanía con motivo de las celebraciones por el Bicentenario de nuestra Independencia.
En un pronunciamiento anterior con motivo del inicio del proceso electoral recientemente culminado, señalábamos los peligros que acechaban la campaña: fragmentación de la votación que llevaría a la no obtención de una mayoría capaz de asegurar una cierta gobernabilidad, una campaña que ya daba muestras de entrar a una “guerra sucia” llena de noticias falsas, con pocas ideas y propuestas poco consistentes.
Vistos los resultados de este proceso electoral, de inicio tardío y con una población concentrada en el cuidado de su salud y sobrevivencia diaria, parece que nos quedamos cortos en nuestras apreciaciones de aquel momento. El canibalismo político-mediático hizo que pasaran a segunda vuelta dos candidatos que juntos solo representaban la votación de dos de cada diez votantes, y quien sabe, fueron los primeros en sorprenderse por los resultados obtenidos. Y entre ellos fuimos obligados a escoger. La campaña fue pobre en ideas y rica en injurias, insultos y falsas noticias, al punto que hoy los peruanos parecemos estar dramáticamente partidos y enfrentados en dos mitades de coloraciones regionales y socioeconómicas.
Por fin, hace sólo pocos días el jurado nacional de elecciones proclamó ganador al profesor Pedro Castillo. Será nuestro presidente del Bicentenario de la República.
Pero llegamos a esta celebración divididos y enfrentados con encono. Es por eso por lo que hacemos un llamado a todos nuestros compatriotas a la serenidad y al diálogo sincero. Que este nuevo aniversario sea una ocasión para mirar juntos, todos los peruanos y peruanas, el destino de la nación que está en nuestras manos. Hacemos votos para que el nuevo gobierno sea capaz de liderar decididamente los problemas tan dramáticos que la pandemia ha terminado de develar: la precariedad de nuestro sistema de salud y la educación pública, el trabajo y la economía de las grandes mayorías. Honrando a nuestros héroes del Bicentenario confiamos que las fuerzas políticas -todas sin exclusión- serán capaces de pensar y poner por delante “antes que todo al Perú”, deponiendo sus intereses particulares de partido o de grupo.
El Bicentenario encuentra, además, en el pueblo peruano una corriente de vida subterránea que está en busca de una legítima representación política que no aparece todavía. Quitados los intereses espurios, hay una realidad ciudadana emergente. Vivimos las tensiones fruto del surgimiento de una ciudadanía para la que la participación plena en democracia no había llegado aún. Hace 200 años la Independencia, para la inmensa mayoría de peruanos, fue una promesa y un deseo no concretados. Buena parte de la población, -mujeres, analfabetos, miembros de las fuerzas armadas, por ejemplo- no tenía acceso al voto, cosa que se consiguió tiempo después. A lo mejor nuestras tensiones sociales y políticas de hoy obedecen al hecho de que peruanos y peruanas, tan diversos cultural, social y racialmente, empezamos a juntarnos y deseamos poder reconocernos en la riqueza de nuestra diversidad y conducir, juntos, la Patria con todas nuestras sangres, sin dejar a nadie afuera de la mesa común. Y esto no es fácil ni sencillo.
Felices Fiestas Patrias por un Perú unido, tarea de todos.
Que el Bicentenario nos llene de esperanza y compromiso.
Que el Señor Jesús y Santa Rosa de Lima, Patrona del Perú, nos llenen de paz, concordia y deseos de trabajar en la forja de una patria para todos los peruanos y peruanas.
Hay, hermanos, muchísimo que hacer.
¡Viva el Perú!
Tacna, julio de 2021